El finde del 1 al 3 julio del 2016 quedará en la memoria del ropotour como los días en los que nos sacamos la superlicencia de cicloturista. No sólo nos atrevimos con dos puertarracos Hors Categorie, sino que encima lo hicimos con un tiempo de perros. Una climatologia que estuvo a la altura de nuestro esfuerzo y tesón por alcanzar la cima de los 2001m. de pailhères,...y todavía dio tiempo para alguna cosilla más:
A primera hora de la tarde del viernes nos preparamos para una ruta rápida. Unos 30 kms. con 700m desnivel por los alrededores de Ax les Thermes y Luzenac. Algo asequible para estirar piernas. El tiempo no estaba muy estable, y de vuelta al hotel nos libramos de un tormetón considerable. A pesar del mal tiempo pudimos hacer la ruta. Así que ya estábamos preparados para cenar, descansar y encarar el gran día que nos esperaba a la mañana siguiente.
Desde Ax les thermes nos dirigimos hacia el Col de Pradel. Un puertarraco el cual nos aguardaba con bonitas vistas, árbolitos, naturaleza...bueno, o eso creíamos nosotros.
Olvidaros de ver bonitas fotos de paisajes espectaculares en esta crónica, porque el día fue de niebla constante. No pudimos disfrutar de las vistas del pirineo. Pero si disfrutamos de un gran día de ciclismo.
En los primeros kms Vique avanzaba unos metros por delante. Dando fe que vuelve poco a poco a su mejor forma después de su caída. Xavi con su btt 29' aguantaba el tipo perfectamente, mientras David y Soto con sendas mochilas llenas de bocatas de tortilla de unas dos toneladas de peso cada una avanzaban en el grupo principal. Las fuerzas estaban aún intactas y a pesar que el puerto tiene miga, se pudo ascender sin más contratiempo que la climatología. En la cima nos encontramos con una temperatura bastante fresca, por decirlo de alguna manera. Así que foto de rigor, abrigarse y hacer el descenso por el lado contrario.
El peligroso estado húmedo del asfalto en los primeros kilómetros nos hizo ir con extrema cautela en todos los descensos de la ruta. A medida que descendemos los 1600 m de Pradel vamos saliendo progresivamente de la niebla, y podemos ver algo más que asfalto y cesped.
Parón para el avituallamiento en la pequeña localidad de Aunat. Toca coger fuerzas para dirigirnos hacia lo que tenía pinta de ser una batalla muuuuy dura. El col de Pailhères. El propio Xavi aprovechaba las cámaras para despedirse de los suyos ante el reto que nos aguardaba. Y es que más de uno ya sentía que los kms y la dureza ya hacían mella en las patas, y dudaban antes de enfrentarse al gran coloso nublado. Pero no había otra opción; O pasabamos Pailhères, o no podíamos volver al hotel.
Nada más pasar el cruce de Usson comienzan las primeras rampas. El cartel ya nos indica que durante los próximos 15 kms toca apretar el culo. De momento la climatología nos respeta. No llueve a pesar del tiempo nublado. Pero sí nos hace pensar que si hacía frío a 1600 en Pradel, a 2000m en Pailhères ya no queremos ni pensarlo.
Poco a poco comienza a desquebrajarse el grupo. Vique avanza en cabeza a buen ritmo, y se lleva a Xavi a su rueda. Por detrás Soto y David hacen una alianza mochilera para llegar sanos y salvos a la cima.
Estos puertarracos no son moco de pavo. Así que para asaltarlos con garantías de éxito es esencial coger un ritmo asequible, relajarse y dejar pasar los kms. Como sentarse en el sofá y disfrutar de la película de después de comer.
Por fin llegamos a las famosas herraduras de Pailhères!. A pesar de la dureza, es un placer rodar por estas herraduras que hemos visto tantas veces por la tele.
La niebla se hace más presente a medida que ganamos altura. Lástima que no podamos presenciar el espectáculo de las vistas de uno de los puertos más bonitos de Francia. Pero a cambio nos llevamos otras muchas cosas. Y es que estas fotos del coloso nublado muestran aún más la épica de nuestra aventura ropotuiense.
Vamos!, que la cima está muy cerca!. Allí ya se encuentran Vique y Xavi. Que salen del refugio a recibir a los últimos componentes del pelotón.
Ya con los deberes hechos, toca encarar con cautela máxima el descenso y hacer unas últimas fotos justo en el cruce que da acceso a ambos puertos. Y así llegamos al hotel con 80 kms. y 2600 de desnivel en unas 6 h. Ahora toca pensar en la siguiente...